Trucos para entender mejor la orientación a objetos desde una perspectiva filosófica

En el paradigma de la orientación a objetos, un objeto responde a varios verbos:

  • Un objeto «es»: Este verbo implica especialización de otro objeto más genérico (un cuadrado «es» un polígono). Aquí entran los conceptos de herencia y polimorfismo.
  • Un objeto «tiene»: Este verbo implica que el objeto posee otros objetos (un cuadrado «tiene» dimensiones y las llamaremos alto y ancho)
  • Un objeto «puede» + verbo: Esta combinación define qué puede hacer el objeto (un coche puede girar, un bote se puede cerrar, una cámara de fotos puede fotografiar…)

La idea con esto es que separas «quién» hace la acción de «qué» acción realizar.

Como verás, la parte filosófica viene de hacerse las preguntas donde están las comillas.

Veamos un ejemplo: el dinero como objeto

¿El dinero «es»

  • un metal? No
  • una persona? No
  • un lápiz? No
  • un tanque léopard? JAJAJA NO
  • tu madre? ¡Vamoooooooooooox! No.

¿El dinero «tiene»

  • valor? Sí (no es lo mismo 3, que 6)
  • divisa? Sí (no es lo mismo dólar que euro)

¿El dinero «se puede» / «puede»

  • cambiar? No, lo que cambias es la divisa, y según la tasa de cambio, el valor del dinero cambia (es decir, no es lo mismo 10 yenes que 10 dólares si el cambio yen-dólar es diferente a 1:1)
  • dar? No, quien lo da es el poseedor, y tampoco el dinero se puede dar dinero a sí mismo

Con este ejemplo, se puede hacer una idea preliminar de lo que es el dinero mediante una descripción de lo que es, lo que tiene y lo que hace. Cuanto más precisa sea esta descripción, mejor será el alcance del objeto que creemos.

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